Un viaje a través de Yoga Mamá-Bebe

Para las personas que me conocen sabrán que nunca fui una mujer de bebés. Eso de cargarlos, hablarles, hacerles muecas, jueguitos, en fin ese tipo de cosas que hacemos cuando vemos a un bebé, no eran para mi pues ¡¡Yo no era esa mujer que le gustaran los bebes!!, pero antes de que me juzguen o su mente comience a hacer conclusiones les quiero platicar un poco de como ahora doy clases de Yoga mamá-bebé y soy la maestra mas feliz del mundo al hacerlo.

En el 2012 comencé mi diplomado de Embarazo Consciente mi idea era especializarme en yoga para embarazadas porque siempre he amado a las mujeres en esta etapa (que considero es una de las mas bellas en una mujer). Una de las tantas cosas que aprendí en el diplomado fue a respetar más a una mujer embarazada y lo más importante y lo que más me impacto, fue que pude comprender porque era una mujer que no cargaba a los bebés. La sabiduría de mi Alma me decía que aquellos bebés que son nuevos en este mundo en realidad son Almas que habitaran esta tierra con la cual voy a compartir un espacio dentro de este planeta, junto con aquellos bebés y con todos lo que habitamos a la Pachamama, por lo tanto mi Alma sabía que desde el comienzo de la vida hay que tratarnos con respeto y vernos los unos a los otros como unidad. Mi diplomado duro como 8 meses y las últimas clases fueron de postparto y yoga posnatal, termine mi diplomado y ahora si ya estaba lista para comenzar a dar clases de prenatal.

Definitivamente en mi mente solo cabían clases para mujeres embarazadas, nunca me surgío la idea de dar clases mamá-bebé; ¿Porque? pues como iba a dar esas clases si nada mas yo y mi mente loquita no se llevaba bien con los bebés. Pero ya saben como es la vida que te lleva a los lugares menos pensados para mostrarte una vez más que siempre que pensamos totalmente con la cabeza, la mayoría de las veces estamos equivocados. Así que la vida me dijo toma esto y a ver haces, a ver si es cierto que fluyes mucho con la vida. Pues ahí me tienen un día así de la nada me habla una amiga que acababa de tener un hijo, me dijo: Quiero clases de Yoga, y pues yo como buena profesional que soy, le dije que si pero que tenía que venir sin el nuevo integrante de la familia, su respuesta fue: Se ve que no tienes hijos, ¿Cómo pretendes que deje a mi bebé? ¿Con quien?.......no dejo de hablar, hasta que le dije que estaba bien que viniera con Carlitos y que tomara una clase para ver como fluíamos todos.

Llego el día, yo obviamente nerviosa porque no sabía como iba a funcionar la clase, así que aplique el juramento de todo maestro de Kundalini Yoga "Yo no soy una persona, Yo no soy una mujer, Yo no soy un hombre, Yo no soy yo mismo......YO SOY UN MAESTRO" y una vez más me funciono. La clase fue hermosa y tuvo los resultados que esperaba, mi amiga se fue tranquila, en paz, y feliz y una gran sorpresa no solo ella, Carlitos estaba mas tranquilo y sonriente. Después de esta clase me di la oportunidad de abrir clases de Yoga para mamá y bebés y no saben la gran sorpresa que me dio porque hoy tengo mas alumnos en estas clases que en Prenatal (jaja y si, así es la vida con toda su ironía). Obviamente tuve que aprender más cosas de las que me dieron en mi diplomado, tuve que investigar de estimulación temprana, masaje para bebés, el postparto para la mujer, he inventado series de ejercicios y hasta he pensado en hacer un manual porque no hay manuales de yoga para este tipo de clases, en fin ha sido toda una aventura para mí.

La conclusión de todo este fue, que en realidad los límites estaban en mi cabeza, que siempre he sido buena con los bebés porque por arte de magia siempre me sonríen y toda la vida ha sido así, he aprendido a conocer a las mamás simplemente por observar a sus hijos, que esas sonrisitas son maravillosas y te pueden alegrar todo el día y lo mas importante fue que aprendí a servir al Alma de aquél bebé que esta frente de mi.

Sat Nam

Seva Karam Kaur

#Yogamamabebe